Frente a las declaraciones recientes del Gobierno Federal y los nuevos programas anunciados por las instituciones relacionadas con la producción de vivienda en México, consideramos necesario dialogar e intercambiar ideas para comprender los conceptos de autoconstrucción, autoproducción y “Producción y Gestión Social del Hábitat” [PyGSH], así como el rol de la arquitectura en dichos procesos sociales.
Con base a lo anterior, el pasado miércoles 29 de abril llevamos a cabo la mesa de diálogo “El rol de la arquitectura en: Autoconstrucción / Autoproducción / Producción y Gestión Social del Hábitat” con la participación de Mariana Enet, Gustavo Romero, Carlos Estrada y Jorge Andrade, arquitect@s formad@s bajo la visión de la Producción y Gestión Social del Hábitat con una larga experiencia en políticas públicas, diseño participativo, formación académica y trabajo colaborativo con comunidades, sectores populares y organizaciones. A continuación, presentamos 5 puntos que sintetizan la nutritiva conversación que entablamos con las y los compañeros:
1. Autoconstrucción / autoproducción / producción y gestión social del hábitat
Debido a la confusión que existe actualmente en torno a las distintas formas de producir vivienda, profundizamos en los conceptos, formas y objetivos que resguardan la producción mercantil y la PyGSH, así como las diferencias básicas que existen entre la autoconstrucción y la autoproducción, las cuales, más allá de ser características inherentes a una u otra lógica de producción, son estrategias que llevan a cabo las personas según sus condiciones económicas, sociales y capacidades técnicas-constructivas.
“La historia de la autoproducción es la historia de la humanidad, las poblaciones mismas generaron, en su relación con la naturaleza y con otras comunidades, sus formas de construir y su hábitat. Negarle a la gente la capacidad de autoproducción, es negarlos como seres humanos” | Jorge Andrade.
“Lo que es importante es entender cómo se produce la vivienda, no cómo se diseña. Tenemos, por lo menos, dos grandes formas de producción: 1. La vivienda de consumo o de autoproducción cuyo fin es el habitar. 2. La vivienda mercantil cuyo fin es venderse. Estas dos formas o lógicas tienen diferencias fundamentales, sobre todo en el costo: la autoproducción es mucho más barata” | Gustavo Romero.
"La autoproducción tiene algunos retos: por falta de recursos económicos se desplaza en tiempos y por falta de acompañamiento técnico puede presentar fallas. En este sentido, un programa de autoproducción asistida debe buscar acompañar al autoproductor, pero jamás sustituirlo ya que para el autoproductor su recurso más importante es él mismo, su recurso humano” | Jorge Andrade.
“La producción privada, por lo regular controla todos los pasos previos al uso, entregando una casa “llave en mano” con dimensiones mínimas con la finalidad de eficientar el proceso de producción en aspectos económicos y temporales. La calidad de la vivienda es sustituida por un prototipo repetido miles de veces que generan grandes problemas habitacionales. En este caso, el arquitecto no existe. El arquitecto es únicamente un empleado del gran empresario o Institución que esta invirtiendo y que esta sembrando casas sin importarle la población, empleando normas mínimas que no conducen a calidad de vida. Si el gobierno actual quiere mejorar la calidad del hábitat, debe cuestionarse desde las normas hasta las formas de participar de todos los actores” | Jorge Andrade.
2. Diseño participativo: ejercicio democrático y derecho humano
El Diseño Participativo es otro de los aspectos que se han interpretado de forma inapropiada, tanto en las políticas públicas como en el gremio arquitectónico, pues no se logra comprender como una postura ética, política y democrática. Aunado a lo anterior, un discurso frecuente es considerar el diseño como una actividad exclusiva de las y los profesionales, anulando los saberes que existen al margen de las instituciones hegemónicas. En este sentido, los panelistas opinaron lo siguiente:
“El eje participativo es un eje fundamental ya que permite a las personas tener el poder de tomar decisiones sobre su hábitat. Tendrán que entender los arquitectos, los ingenieros y demás especialistas, que el derecho a participar y decidir en el hábitat, el derecho a participar en la ciudad, en el barrio, el derecho a participar en la producción de vivienda, es un derecho humano, no es un derecho que graciosamente los profesionistas concedamos” | Gustavo Romero.
“El Diseño Participativo es un diálogo horizontal, es fundamental ya que promueve la repartición del poder y lo que eso implica: romper paradigmas patriarcales, paradigmas coloniales, paradigmas industriales, corporativistas, etc. Necesitamos empezar a romper esos paradigmas para poder aceptar otras posibilidades y realidades” | Carlos Estrada.
“El dilema es aprender a coproducir, a producir conocimiento colectivo y a coproducir esquemas, modos, proyectos y propuestas, pero que sean producidas no sólo con los arquitectos o ingenieros, sino con las personas que habitarán lo espacios, con otros profesionistas, otros saberes y con otros actores” | Carlos Estrada.
“El Diseño Participativo no empieza cuando llega el arquitecto, ni se termina cuando se va, porque es un proceso social, evolutivo, en espiral, con múltiples variables que interviene también. Es importante decir que el diseño participativo es un proceso que permite la voz de abajo hacia arriba y de la periferia al centro. Este tipo de diseño permite la multidimensión y la multiescalaridad” | Mariana Enet.
3. Formación académica: aptidud y actitud
Los espacios académicos han tenido un papel fundamental en la percepción de la arquitectura como un saber exclusivo de unos cuantos, marginando los saberes constructivos de los pueblos originarios, las habilidades de los barrios populares y la capacidad de las personas para decidir el rumbo de su Hábitat. En este sentido, durante la conversación se reconoció la importancia de formar arquitectas y arquitectos capaces de trabajar desde posturas decoloniales que rechacen los discursos hegemónicos, patriarcales y neoliberales de la educación tecnocrática.
Los arquitectos y las escuelas están educando con el movimiento moderno y los arquitectos han tenido un papel muy significativo en producir la otra vivienda. Es decir, la vivienda mercantil, la vivienda del Estado. Se vendió toda una idea de lo que debería ser la vivienda, no solamente en México, en el mundo. Y en nuestro país, que es un país colonizado, los arquitectos tenemos mentes colonizadas e ideologizadas pues arquitectónicamente importamos ideas a México y se empezó a producir la “vivienda social” | Gustavo Romero.
"Los arquitectos estamos formados dentro de universidades en las cuales domina un diseño conductista, un diseño basado en el movimiento moderno en el cual tenían la máquina perfecta de habitar, también la ciudad perfecta. Y para colmo, siempre es el modulor, el varón, pero el varón hegemónico, ese varón que hasta es atlético y mide un metro ochenta, y todos los demás que no embonan quedan fuera de esa visión. Esa formación también esta ligada a formas de producción que obviamente están dentro del mercado y la híper utilización de la industrialización, dejando también de lado toda otra forma distinta. También quedan fueran los materiales naturales, los materiales del lugar y las formas de habitar que no son necesariamente estables y para toda la vida, sino que a veces siguen el ciclo natural de esas comunidades. Es decir, se borra toda una realidad" | Mariana Enet.
“El diseño participativo lo que hace primero es plantearse la necesidad de una actitud distinta, pero sobre todo, la necesidad de desarrollar una aptitud para acompañar procesos de Producción y Gestión Social del Hábitat, pues la actitud puede ser interesante pero no lo soluciona si no hay una aptitud” | Gustavo Romero.
"Los arquitectos tienen dificultad para poder trabajar con esa gran cantidad de personas que habitan en barrios populares, ¿por qué? Porque no estamos formados para trabajar con ese gran porcentaje de la población [en México equivale al 60%], pero además de eso, no tenemos mecanismos de cómo acceder a trabajar con el sector popular si no es pro bono. Entonces es como un gran iceberg donde nosotros [arquitectos] solo llegamos a un pequeño porcentaje. Creo que es importante preguntarnos, ¿qué tipo de profesionales están formando nuestras universidades?, ¿qué tipo de conocimientos nos están dando para poder llegar a ese gran sector de la población que necesita acompañamiento técnico?" | Mariana Enet.
4. Acompañamiento integral transdisciplinario: pensamiento crítico y ética
El acompañamiento técnico y social integral debe ser transdisciplinario para poder abordar la complejidad del hábitat. Es decir, no es una labor exclusiva de profesionistas, ni mucho menos un proceso que deba realizarse únicamente desde los saberes técnicos y arquitectónicos. En los procesos de acompañamiento desde la visión de la Producción y Gestión Social del Hábitat se prioriza la toma de conciencia a través de procesos de formación política y educación popular, así como el fortalecimiento del tejido comunitario, las capacidades organizativas de los grupos o colectivos, el acompañamiento legal y administrativo, la recuperación de sistemas y saberes constructivos locales, el mantenimiento de cadenas productivas y economías propias de cada comunidad (rural o urbana) y la relación estrecha de los habitantes con su territorio. Aunado a lo anterior, el acompañamiento se trabaja con una visión crítica y ética que trabaja con la perspectiva de los derechos humanos: el derecho a la vivienda, el derecho a la autodeterminación, el derecho al suelo, el derecho a la ciudad, el derecho a la participación y otros más.
“Estamos en un cambio de era que se está demostrando, esta acabando la era del “tener” y estamos entrando en una era más enfocada al conocimiento y al expandir el ser. Desde Kropotkin nos mencionaba la ayuda como una alternativa civilizatoria y ahora Stiglitz lo reafirma: la manera de subsistir en esta debacle que al parecer nos viene, es colaborar” | Carlos Estrada.
“Es necesario empezar a tener un pensamiento crítico, tener una concepción ética del trabajo sensible de acompañamiento y hay que plantear espacios de interaprendizaje, porque hay mucho conocimiento popular y conocimiento técnico, político, económico, etcétera, pero todos estamos atravesados por esta globalización cultural y diría también del sistema patriarcal, colonialista, neoliberal e incluso extractivista. Todos estamos atravesados: sector popular y profesionistas. Necesitamos repensar críticamente las cosas y se vuelve clave en los procesos de diseño participativo, el proceso de diagnóstico crítico geo referenciado integral” | Mariana Enet.
5. Políticas públicas y modelos de vivienda
Los programas anunciados recientemente a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano [SEDATU], tienen el objetivo de promover la autoproducción y potenciar la autogestión de las familias para la producción de sus vivienda. Sin embargo, es preocupante que se recurra nuevamente a la estrategia fallida de emplear modelos o prototipos de vivienda diseñados por arquitectos que desconocen el contexto socio-cultural, económico-productivo y ambiental-territorial de los pobladores. Esta postura niega la visión sistémica y compleja del hábitat, reduce las formas de habitar a un objeto arquitectónico y pretende resolver los retos actuales desde el diseño arquitectónico.
“El tema del habitar nos rebasa a los diseñadores y es un problema complejo que tiene que ser visto integralmente. Pero la esencia de esos procesos es el habitante, es su lugar, su tradición, su cultura, sus formas de habitar, y es a partir de eso que nos insertamos nosotros. Pero nuevamente el prototipo habría que rechazarlo de entrada. El diseñar prototipos es el peor error que existe. Esto ya desde los setentas fue negado en muchos países del primer mundo. La necesidad de hacer modelos flexibles y progresivos es muy importante y hay métodos y técnicas que permiten hacerlo” | Jorge Andrade.
“Estamos hablando de la vivienda, algo que le pertenece a las personas, que a la gente le da identidad y a través de su identidad define su territorialidad. El arquitecto que cree que va a enseñar a la gente a habitar, no tiene ni la menor idea de lo que es el habitar, es una cosa diferente al edificio institucional que simboliza otras cosas” | Jorge Andrade.
“Necesitamos quitar la moralidad urbano-arquitectónico, ¿Qué quiere decir esto? Que los grupos decidían qué hacer con el recurso: más terreno o menos terreno, más construcción o menos construcción, más instalaciones o menos instalaciones, más acabados o menos acabados. Claro, si le jalas por un lado el quitas al otro, pero la gente lo tiene que decidir pues ellos son los que van a habitar esos espacios. Necesitamos pasarle el poder a la gente” | Gustavo Romero.
"Los arquitectos, en términos generales, no tienen la capacidad de poder entrar a un proceso de Producción y Gestión Social del Hábitat porque están formados solamente para la producción industrial, la moderna, para trabajar con las clases ricas, para las clases que tienen el poder y el dinero, en donde hacen un gran papel y unas cosas maravillosas. Pero hay un problema y es que en las escuelas se siguen formando a los alumnos y se sigue creyendo en el movimiento moderno después de las críticas que tuvo en todo el mundo y que aquí parece que no han llegado" | Gustavo Romero.
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La mesa de diálogo contó con la asistencia de compañeras y compañeros de: Ecuador, Chile, Bolivia, Argentina, Uruguay y Colombia. También con la presencia de organizaciones como: TECHO, Casa y Ciudad, Proyecto Habitar, Hábitat para la humanidad, Programa Viva, Procasha, Equipo Nacional de Hábitat post conflicto CNR-FARC y académicos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.